Colocando cuadros

 

Seguramente ya conoces la potencia decorativa que pueden llegar a tener los cuadros en una pared de tu hogar.


Colocar un conjunto de obras enmarcadas en una pared del salón (o en la entrada o en el dormitorio) es una idea genial que, además, te permite imprimir al espacio ese toque personal tan tuyo.


A la hora de  colocar un cuadro o crear una galería se valora, sobre todo, el contenido. 


Foto:elgaragedeco

Puedes elegir muchísimas cosas para exponer: desde fotografías que hayas hecho tú hasta cuadros, láminas o ilustraciones, dibujos de los más chiquitos de la casa, recuerdos de viajes, posters y más.


La clave está en que cada cuadro que cuelgues te emocione de verdad.

Puede suceder que el cuadro que colgaste hace apenas unos meses –o que pensaste en colgar, sin llegar a hacerlo– ya no te convenza o no haya terminado de encontrar su sitio. 

Si no quieres agarrar el taladro cada vez que quieres cambiar o colgar uno nuevo...

En lugar de colgar cuadro por cuadro, fija unos finos estantes para cuadros en la pared, en las que podrás ir renovando la exposición en función del momento, de la decoración o de tu estado de ánimo.

En una hora, te da tiempo a colocarlos y hasta de pintarlos en el color de la pared si quieres que pasen lo más desapercibidos posible.


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